La Selección.

La Selección.  

El príncipe de Illéa ha decidido tomar esposa. Como es tradición, ha convocado la Selección: todas las chicas entre dieciséis y veinte años que así lo deseen podrán presentarse y treinta y cinco de ellas serán seleccionadas para ir al palacio, donde el príncipe tendrá ocasión de conocerlas y escoger a la futura reina. Las elegidas deberán permanecer en palacio el tiempo que sea necesario, hacer todo lo que se les ordene y no podrán abandonarlo salvo a petición del príncipe. America no tiene la menor intención de presentarse a la Selección. Ella es una Cinco, una de las castas más bajas de la sociedad (que va desde la realeza, los Unos, hasta los mendigos, los Ochos), pero está contenta con su situación: los Cincos son artistas y ella tiene mucho talento para la música, y además está enamorada. Aspen es un Seis, pero ya llevan dos años viéndose en secreto y está segura de que saldrán adelante.

Sin embargo, presentarse a la Selección tendría muchas ventajas: por cada semana que pase en el palacio, su familia recibirá una generosa compensación económica, y solo por haber sido seleccionada, America pasaría a ser una Tres. Aspen no quiere que America renuncie a todo ello, la persuade para que se presente y, como era de esperar, sale elegida. Y, aunque al principio America tiene muy claro lo que quiere, su estancia en el palacio le depara muchas sorpresas. La Selección es una novela romántica con una trama más propia de las novelas de fantasía épica que de las distopías. 

Es cierto que transcurre en el futuro, en una sociedad peor que la actual, pero el panorama no es tan desolador como en la mayoría de distopías, cosa que se agradece. En muchos sentidos, se nota que La Selección es la primera novela publicada de la autora. La ambientación no acaba de resultar creíble, aunque tampoco molesta, la protagonista cae en algunos tópicos (es pelirroja, rebelde y bocazas) y a veces cuesta seguir la evolución de sus sentimientos. Quizá lo peor sea la simplicidad del conflicto político al que se enfrenta Illéa; un fallo que seguro que la mayoría de los lectores, en especial los más jóvenes, perdonarán con facilidad. Pero es una primera novela con muchas virtudes: los personajes se ganan rápidamente el cariño del lector, uno de los dos chicos (no vamos a decir cual) seguro que tiene a muchas lectoras suspirando y, durante la estancia de America en el palacio, la trama da un par de giros bastante inesperados. La Selección engancha, se lee deprisa y consigue entretener e ilusionar al lector.